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viernes, noviembre 07, 2014


Music by: M. Ward [Poison Cup]

A veces quisiera desaparecer. Y llevarme cualquier rastro de que estuve vivo. A veces quisiera no ser responsable de nada ni de nadie, no ayudar ni joder a nadie, no estorbar ni aliviar con mi presencia.
¿Y si lo hago? Cerraría todas mis cuentas en instituciones, desde el banco hasta el videoclub. Destruiría todos mis documentos. Todas mis fotografías. Todo rastro mío en linea. Todos mis libros, todos mis dibujos, mis vídeos. Y lo haría rápido, antes de que mis conocidos comiencen a preguntar que qué está pasando, que si está todo bien. No quiero dar explicaciones. 
Hay mucha evidencia de mi en poder de otras manos, esa tendrá que sobrevivir, hasta que el tiempo deposite una partícula de duda en el asunto, y sólo los que me han tratado a diario tengan la certeza de que sí existí, aunque eso fuera hace muchos años ya.
Entonces me iría, con lo que traiga puesto, de noche, por el camino menos transitado. Y desaparecería.
Pero eso nunca va a suceder, por el amor que les tengo a ellas.

A menos, claro, que lo decida el estado.
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lunes, noviembre 03, 2014


Music by: La Rueda de la Fortuna




La Rueda de la Fortuna

En la cima de la rueda de la fortuna me di cuenta de que algo andaba mal. La atracción mecánica se detuvo, y algunas mujeres en otras canastillas gritaron, entre risas nerviosas. Laura no gritó, pero tenía una expresión extraña, entre diversión y miedo.  Empezó a soplar un viento frío, pero yo sentía mucho calor. Agobio. Me quité la chaqueta y se la puse a Laura sobre los hombros.  Me comentó algo acerca de lo bonito que se veía la ciudad de noche desde aquí. Yo sudaba frío. De pronto me dolía la cabeza, estaba mareado. Me costaba trabajo respirar. Sentí que me ahogaba y comencé a toser, y luego a tener arcadas. Laura me abría alarmada el cuello de la camisa, rebuscaba no sé que cosa en su bolso y no paraba de hablar, pero no puedo recordar lo que me decía. 
Entonces pasó algo muy extraño: Escupí un gusano. No una lombriz ni una parásito. Era un gusano pequeño, de esos blancos con la punta negra que aparecen en la carne podrida y no paran de retorcerse. Laura me miró con asco. Intenté hablar pero comencé a vomitar. Vomité gusanos una y otra vez, hasta cubrirme de ellos. Laura gritaba de terror y yo seguía expulsándolos. Cuando terminé tenía las manos y el pecho agusanado. Todo estaba agusanado. Laura no paraba de gritar y las personas más cercanas a nosotros se le unieron. Pronto la rueda de la fortuna se volvió una rueda de alaridos, el epicentro de una histeria colectiva. Los gusanos crecieron en pocos segundos y se convirtieron en pupas que dieron paso a grandes moscas de ojos verdes que se fueron volando hasta perderse en la oscuridad. Luego vino el silencio. 
La rueda volvió a girar y la gente comenzó a descender. Cuando llegó nuestro turno no había nada inusual en la canastilla, salvo una alfombra de pequeñas costras negras en el piso. Caminamos lentamente hasta salir del parque, y nos fuimos a casa.

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miércoles, octubre 29, 2014


Music by: La casa incendiada


La casa incendiada


Me quedé dormido en la sala, me despertaron los gritos. Tenía cinco años, pero lo recuerdo bien: La casa se estaba quemando. No vi el fuego pero sentí el calor de las llamas y olía mucho a humo, como si estuvieran quemando desperdicios. Mi abuelo me tomó de la mano y me levantó. Le pregunté qué estaba pasando y me contestó que no me preocupara, que teníamos que irnos. Salimos a la calle y caminamos, durante lo que me parecieron horas. Todo el camino estaba oscuro, y en silencio. Yo iba llorando. Una o dos luces de alguna casa se encendieron al escuchar mi llanto, pero nadie salió a ver. Tenía frío, mucho sueño y también tenía miedo porque no estaban mis papás, pero mi abuelo me repetía que no me preocupara, que ellos iban a venir después.

Atravesamos al fin una reja muy grande y entramos a un jardín con muchos árboles y nos sentamos en una de las bancas. Mi abuelo me señaló una casita que había unos metros adelante con muchas flores en la puerta, y me dijo que ahí me podía dormir, que él esperaría afuera a que llegaran mis papás. Entonces entré y me acosté en una esquina en el piso. Podía escuchar susurros en la oscuridad, pero pensé que tal vez había llegado más gente. Me cubrí con su chaqueta, y me dormí. 

Cuando me despertó la policía ya era de día. Mi mamá entró llorando a la casita. Mi papá me miró a la cara y luego a las manos, y salió de nuevo histérico a gritarle a un señor de sombrero que qué había pasado, que quién me había llevado al cementerio y que por qué estaba tirado en un mausoleo. El señor tenía cara de asustado y sólo le respondía "no sé, no lo vi". Pensé que mi papá le iba a pegar. Mi mamá lloraba y lloraba. Me quitó el costal de tierra con el que estaba tapado y descubrió mi ropa sucia y manchada de sangre. La policía me sacó y me subieron a una ambulancia. Yo no estaba herido, pero tenía las yemas de los dedos descarapeladas y había perdido media uña del anular derecho y me dolía mucho. 

No les dije que mi abuelo me había llevado ahí  porque entonces recordé que nunca conocí a mi abuelo: falleció cuando mi papá aun era un niño, y mi otro abuelo otro vivía en Zacatecas. Les describí a mis papás y a la policía cómo era el hombre que me había llevado al cementerio pero no se parecía a nadie conocido, y nunca lo encontraron. Luego me enteré de que la casa no se había incendiado: En la mañana mis padres vieron la puerta de la casa abierta y salieron a buscarme. Un vecino avisó que había escuchado gritos en el cementerio durante la noche (aunque yo no escuché nada) y ahí me fueron a encontrar. 
Hasta hoy ninguno de nosotros se explica los eventos de ese día. Ya no nos acercamos al panteón de Dolores y nunca hablamos del tema, pero estoy seguro de que nadie lo hemos olvidado. Un psiquiatra conocido me anima a tomar terapia para descubrir qué pasó realmente, pero yo creo que algunas cosas deben quedarse enterradas.

Ahora mi hija tiene cinco años. Llevo meses que no puedo dormir, tengo miedo. Me levanto constantemente durante la madrugada y voy a verla. 
No puedo esperar a que cumpla seis.


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sábado, agosto 14, 2010


Music by: I sometimes do this



CABALLO NEGRO
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sábado, agosto 07, 2010


Music by: 1

La primera vez que conocí a alguien peligroso fue cuando tenía 13 años. Un chavo de Veracruz se mudó a la cuadra. No recuerdo su nombre, pero recuerdo que solía andar por la calle sin camisa: tenía tatuajes en los brazos y una cicatriz en la espalda.
"Me dieron un plomazo", me dijo cuando le pregunté.
Era la primera vez que escuchaba la palabra "plomazo".

I cried lots of times during puberty. I was always a lonely kid, even when I had a family of five. I used to roam the streets on my own. My parents rarely knew were I was or what I was doing, but they never asked, either. It worked for me.

I can't. I can't continue.

CABALLO NEGRO
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lunes, marzo 29, 2010


Music by: Nos mudamos!

Hola! :D Nos hemos mudado a CaballoNegro.cn.



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viernes, marzo 12, 2010


Music by: The Doors The End]

CABALLO NEGRO


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